Hace un tiempo habitamos juntos, él allá y yo acá.
Hace tanto que ya no recuerdo quien fue el invasor.
Estoy seguro de ser el anfitrión, como estoy seguro que él asegura lo mismo.
Fui, lo visité, me instalé, lo usurpé y descaradamente me apropié.
Lo volví mi alter-ego, lo hice parecerse a mi, lo convertí y subyugué a ser mi
reflejo.
Ahora ya no estoy seguro de nada.
Quizá soy un huésped con ínfulas de superioridad.
Quizá lo hospedé hace tanto que ya hace parte de mi.
Siendo ambos el mismo….
Huéspedes de un vacío que ni juntos logramos llenar o determinar.
Siendo ambos el mismo…
Separados por un espejo.
¿Entonces, soy el huésped de mi soledad?
-Camilo Bedón
Responder